Carta viajera
Siempre he dicho que la vida es más linda cuando no perdemos la capacidad de asombrarnos. A veces creemos que viajar significa tomar un avión, recorrer miles de kilómetros y llegar a un lugar completamente nuevo. Pero con el tiempo he descubierto que el viaje también puede comenzar mucho más cerca… incluso en tu propia ciudad.
Salir de la rutina es un recordatorio de que la aventura no siempre está lejos. Puede estar en ese café que nunca habías visitado, en ese parque por el que siempre pasas, pero nunca te detienes, o en ese museo que juraste entrar “algún día” y nunca lo hiciste. Cada rincón que decidas explorar se convierte en una pequeña ventana a un mundo distinto.
Y no siempre se trata de un lugar físico: también viajamos cuando nos regalamos una experiencia nueva. Puede ser un curso de cocina, una cata de vinos, aprender a preparar un plato de otro país, o atrevernos a probar un deporte que nunca imaginamos. Porque en ese instante, cuando algo nos sorprende, sentimos la misma emoción que al llegar a un destino desconocido.
Lo importante es variar, movernos, atrevernos a romper el ciclo de los mismos lugares y los mismos planes. Porque cuando cambiamos la rutina, sentimos que viajamos… incluso sin hacer maletas. Y en esos momentos, cuando miramos con ojos curiosos lo que nos rodea, nos damos cuenta de que siempre hay algo nuevo por descubrir.
Viajar no es sólo cambiar de país. Es cambiar de mirada.
Viaja, simplemente viaja.
Jenn.
Cada semana envío una carta viajera, un pedacito del mundo directo a tu bandeja de entrada.